Como latinoamericanos nos decimos hermanos y lo pregonamos allá dónde vamos, pero nos falta identidad latina y ponernos en el lugar de nuestros hermanos.
Necesitamos que la lucha de los venezolanos sea la misma que la de los costarricenses, que al uruguayo se le caiga una lágrima cuando vea cómo sufren los nicaragüenses, que los problemas de México sean los mismo que los de Colombia, que cada salvadoreño se refleje en el pueblo argentino; sobretodo que cada latino se sienta comprometido con la lucha por una región más equitativa, con derechos para todos y que garantice una vida digna a cada ciudadano.
Haber nacido en esta parte del mundo debe darnos razón de orgullo, porque al final del día son más las cosas que nos unen que las que nos dividen.
-Calle 13
