El año pasado, debido a la gradual caída del sector hidrocarburos en el Perú, el Estado tomó como alternativa de solución, renovar el Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, cuyas especificaciones fueron publicadas por medio de la página de Osinergmin. Este documento, tiene como finalidad promover la inversión en las actividades de exploración y explotación para revertir el decrecimiento de los últimos años en este rubro.
Debido a esto, consideré la necesidad de mencionar acciones concretas que se deberían proponer al gobierno para ir reemplazando propuestas como la Ley Orgánica de Hidrocarburos, e invertir ese mismo proceso en obtener energía renovable que no altere el medio ambiente. Solo de esta manera, el abordar este tema no se quedará solo opiniones y juicios, sino que, como ciudadanos, comenzaremos a dar propuestas de solución válidas para contribuir a la mitigación del cambio climático en nuestro país. Es por ello que decidí brindar mi punto de vista, no solo de modo crítico, sino dar una opinión que promueva una solución alternativa: el uso de energía geotérmica.
¿Cómo funciona la energía geotérmica?
Hace poco tiempo sostuve una conversación con una amiga, estudiante de geología en Chile, ella me comentó algunos de los proyectos que se han venido realizando en ese país para impulsar el uso de energía geotérmica para proveer a la población. De esta manera, me explicó por medio del siguiente video de una empresa chilena, el modo en que se trabaja para extraer energía del subsuelo, y todos los factores que intervienen en el proceso.
Después de ver este video, tuve un pequeño flashback que me llevó a recordar una experiencia de cuando era niña. Había asistido a una feria de ciencias, y hubo un proyecto en particular que llamó mi atención, vi el prototipo de un géiser que trataba de demostrar la reacción química que ocasionaba la liberación de gas desde el subsuelo. Personalmente, después de la explicación me quedé asombrada de ver cómo la naturaleza, al igual que el cuerpo humano, utilizaba estratégicamente distintos fenómenos para regular sus procesos, y de esta manera no alterar el equilibrio natural. Y hasta después enterarme de toda la información en el video nunca había creído que la misma energía que utiliza el géiser también puede ser usada para el beneficio humano sin dañar las fuentes de las cuales proviene.
¿Qué tan factible es para nuestro país adoptar políticas que promuevan la energía geotérmica?
Datos del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET), aseguran que el Perú es un país privilegiado para desarrollar energía geotérmica, porque se localiza en el Cinturón del Fuego, al borde del encuentro de las Placas de Nazca y Sudamericana. Para ser más específicos, tenemos zonas con potencial geotérmico en comunidades como Cailloma, Pinaya, Chivay-Pinchollo, Ccollo Titire, Calacoa Putina, Ulucán y la lista se sigue extendiendo a muchos más lugares cerca de la cordillera volcánica.
Por otro lado, evaluaciones recientes del INEI en el 2018 aseguran que, en el Perú, un millón y medio de personas aún no tienen acceso a la energía eléctrica y el 82% de ellos viven en poblaciones rurales. Pensar en esto, me recuerda a la frase de Antonio Raymondi: “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, pues tenemos los recursos que muchos países desarrollados buscan para plantear soluciones a sus necesidades y desarrollar sus objetivos y, sin embargo, nosotros continuamos intentando lidiar con los mismos problemas durante décadas.
Adicionalmente, las políticas siempre se han centrado tan arduamente en explotar el sistema tradicional de extracción de combustibles fósiles, que no nos hemos dado cuenta del gran potencial que tenemos para explotar fuentes de energía renovable sin alterar el medio ambiente y, de esta manera, dejar de depender netamente de combustibles fósiles o hidrocarburos. En especial, porque los efectos del cambio climático serán mucho más notorios en algunos años, y si permitimos que continúe pasando el tiempo, será más complicado hacer que el país y la economía se adapte a nuevas formas de extracción energética.
¿Qué antecedentes existen sobre el uso de energía geotérmica?
En el video anterior se mencionó que existen varios países donde ya se ha establecido este tipo de sistema, y hoy en día hay más de 10 mil mega watts de capacidad instalada en 24 países en el mundo. Por ejemplo, Islandia, la capital de Reikiavik, se encuentra casi completamente calefaccionada por energía geotérmica eliminando de esta forma su contaminación ambiental. Y en Japón, se utiliza para el desarrollo de la acuicultura.
Una inversión costosa, pero de grandes beneficios a largo plazo
En el proceso de implantación y actividades previas de investigación, se debe tener en cuenta de que se trata de una inversión costosa, pero con beneficios perdurables y ecológicamente favorables, teniendo en cuenta una investigación de la Universidad de Chile, que estima una inversión aproximada de más de 33 millones de dólares en un programa de perforación inicial de prueba de tres a cinco pozos geotérmicos. Por otro lado, el Banco Mundial asegura que este medio de extracción puede generar electricidad con un menor impacto ambiental y a un menor costo que el requerido por los combustibles fósiles como el petróleo o el gas natural. Y por ser una fuente renovable, ayuda a mejorar la seguridad del suministro eléctrico.
En la siguiente imagen, se argumentan algunos beneficios de la energía geotérmica según la Sociedad Peruana de Energías Renovables.
Un llamado a la reflexión
En efecto, existen varias alternativas para reemplazar a los combustibles fósiles, la geotermia es una de ellas y, a pesar de la alta inversión, es una de las más sostenibles y perennes que podría llegar desplazar al gas natural y demás fuentes de energía convencionales. Sin embargo, es necesario que el tiempo, dinero y estrategias invertidas actualmente en promover el uso de hidrocarburos, se usen también para comenzar una transición a un modelo sostenible, para lo cual igualmente se necesita el apoyo del estado y de un pueblo dispuesto a adaptarse a las modificaciones constantes que se requieren ante los efectos del cambio climático.