COMPRENDER LO QUE LEES, ENTENDER LO QUE NOS RODEA
Respirar. Detenerse
Pensar en lo que hemos hecho, lo que haremos y, sobre todo, lo que está pasando delante de nuestros ojos.
En eso consiste comprender nuestro mundo, ya sea mediante vivencias, películas o libros.
Sin embargo, según el Secretario General de la Naciones Unidas, Antonio Guterres:
“Actualmente, existen en el mundo 1800 millones de jóvenes entre los 10 y 24 años de edad. Es la población juvenil más grande de la historia. Sin embargo, más de la mitad de los niños y adolescentes de entre 6 y 14 años no saben leer o no tienen conocimiento básico de matemáticas, a pesar de que la mayoría de ellos asiste a la escuela.”
Y esto se origina por causas muy diversas.
En el mundo, existen países ejemplos en avance y desarrollo; lamentablemente, otros se han quedado estancados y sufren por necesidades tan vitales como la alimentación. Se culpa a la falta de riqueza, cuando en realidad la raíz es mucho más profunda: la inaccesibilidad a una educación o, lo que puede ser igual de deficiente, tener una de mala calidad.
El sistema educativo actual apareció en la era industrial, la época de las máquinas. No obstante, para que fueran manipuladas, se necesitaban de trabajadores. Por ende, la educación se generalizó no solo a unos cuantos afortunados, mas su forma de enseñar servía a la productividad de las fábricas, y estudios empíricos demuestran que su metodología es poco efectiva para un verdadero aprendizaje.
Vivimos en la era de las distracciones y se hace complicado concentrarnos y prestar atención a cosas realmente valiosas. El internet y las pantallas no son del diablo; de hecho, también hubo mucha preocupación cuando se inventó la mismísima escritura porque, como dice el dicho, nosotros forjamos herramientas y las herramientas nos forjan a nosotros. El detalle está en que nunca habíamos tenido unas de semejantes características.
Con la llegada de las nuevas tecnologías, nuevas actividades aparecieron. Y no todas son igualmente de enriquecedoras. El internet es el rey de la información, pero no del conocimiento, y a pesar de que se pensó que nos llevaría a nuevos horizontes (cosa que sí ha logrado en algunos aspectos), también ha polarizado y desinformado a la sociedad, que no conoce cómo aprovechar los beneficios de la red. Hoy en día, se lee muy poco de las preciosas obras dejadas por generaciones pasadas.
Por todas estas razones, nació L3C, Lee, Comprende, Crea y Comparte, un método motivacional al servicio de los deseos de la niñez y juventud. No queremos que la lectura sea un sermón, sino una herramienta para sus metas y una forma de expresar su personalidad. Al leer y reflexionar continuamente ganarán experiencia y plasmarán nuevas creaciones.
Este año, Planeta Corazón lanzará el proyecto "Visión Perú 2021", donde se publicará una serie de vídeos de difusión sobre lectura y comprensión comenzando por el Perú y, como dice el título, la creación de una serie de comunidades virtuales a favor de la cultura y el pensamiento crítico. Hoy, el bicentenario, más que una celebración, es un llamado a las próximas generaciones para aprender de los tropiezos pasados con la visión de un país próspero, de identidad y cooperación.